La música acompaña a las actividades humanas desde la cuna hasta la muerte. Los instrumentos musicales tienen el poder de expresar con su sonoridad la alegría y el dolor humano. El desarrollo del arte musical y sus instrumentos ha ido paralelo a la evolución de la civilización y al nivel de la vida social.

Con estas frases contundentes abro esta introducción, y agradezco así a Jota Martínez que me invite a hacerlo. Sobre los instrumentos musicales antiguos mucho se puede decir. Pero en lo que me siento unido a Jota es en lo que se refleja en este libro, y el audio que lo acompaña: el amor a los artefactos musicales que, manual o mecánicamente, producen sonido, que para nosotros enseguida es música, y con ella, se destilan lo mejor del espíritu y la creación humana. Los instrumentos siempre han sido una verdadera obra de arte por su manufactura, decoración e ingenio de leyes físicas, más o menos intuitivas a fuerza de experimentación. Pronto comenzó el coleccionismo, tanto por el valor del instrumento en sí, como por el recuerdo mítico del artista que lo interpretó.

La publicación que ahora comentamos es útil para las personas aficionadas a la música y a sus instrumentos. El melómano al acercarse a estos instrumentos encontrará curiosidades e información. Sin duda descubrirá facetas desconocidas, pues en su autor se juntan cualidades, que me alegra compartir:

-Interés organológico, es decir, curiosidad extrema por el motivo, la forma y las características de la evolución de cada instrumento en su familia “biológica”, pues los instrumentos evolucionan, sobreviviendo el que resulta mejor para la comodidad del virtuoso y para la ampliación del repertorio musical.

-Interés musical con el deseo y casi necesidad de aprender a tañerlos.

-Interés de “musicología práctica”, al buscar lo que ofrece cada instrumento en sus posibilidades musicales de afinación, timbre, sonoridad y adaptación a la interpretación de la música de su tiempo.

-Interés emocional, es decir, de amor a la música y a los sentimientos y emociones que produce, más aún cuando se está activo y es el coleccionista el que toca el instrumento.

Así pues, esta publicación de instrumentos musicales parece oportuna dada la amplitud del papel que la música y sus instrumentos desempeñan tanto en la cultura medieval y la tradicional, como también en la moderna cultura urbana. ¿Instrumentos de música étnica, música medieval, música tradicional? La terminología para la música y sus instrumentos en este campo es imprecisa. ¿Qué término califica globalmente la riquísima variedad de manifestaciones musicales, cuyos orígenes se confunden con los de la propia humanidad, con estados evolutivos tan dispares? Esta muestra tiene vocación didáctica al profundizar en la terminología y al ordenar los instrumentos por la forma tradicional de familias de cuerda, viento y percusión.

Vista desde la perspectiva total de la cultura y comparada con otras actividades humanas, la música y sus instrumentos parecen tener un papel especial: el del aprendizaje cultural. Dar a conocer a la sociedad aspectos de su propia cultura, sello de aprobación de una actividad. Función religiosa en estricto sentido, lenguaje para comunicar sin palabras. En la cultura occidental se utiliza además para la diversión y por el disfrute estético. La música tradicional y su origen medieval se asocia a la música “nacional” por su estrecha relación con un pueblo, nación o cultura. Su desprecio y abandono conllevan la pérdida de las raíces culturales. Jota Martínez con este libro ayuda a difundir y redescubrir estas facetas. Para ello busca la conexión con las manifestaciones musicales del pasado y sus ligaduras a las fuentes literarias: leyendas y memorias, a los documentos iconográficos: miniaturas, pinturas, bajorrelieves, y al diálogo con los constructores de los instrumentos hoy desaparecidos.

Toda música es obra personal, es inventada por un músico, aunque la denominemos anónima al desconocer esta autoría. El instrumento requiere un artesano constructor. Pero la música y los instrumentos tradicionales son también la expresión de un pueblo o una cultura. Requiere que sea interpretada y que sea aceptada para que permanezca viva en el tiempo. En este sentido la música se asemeja a un idioma. Hay que conocerlo para entenderlo y apreciarlo. Hay que comprender sus claves y señales, sus comienzos y finales, sus puntos de tensión y relajación, su lógica interna. Estas reglas pertenecen al lenguaje musical de cada instrumento y hay que sacarlas de la propia música, de su sintaxis y vocabulario, de la técnica de interpretación de los virtuosos ejecutantes.

La música tradicional y primitiva tiene la fascinante característica de ser a un mismo tiempo antigua y contemporánea. Representativa de las viejas tradiciones de un pueblo y al mismo tiempo índice de los gustos del momento. Es simultáneamente obra de creación de compositores individuales y de la creatividad de una sociedad popular. La música es un fenómeno universal y cada cultura aprende de otras intercambiando instrumentos y canciones.

El sonido se puede definir de forma sencilla como las vibraciones que generan las cosas al perturbarse su estado de equilibrio. El hombre consigue sus instrumentos musicales sobre los objetos sonoros a base de golpear, percutir, tensar, frotar, tanto objetos duros, como membranas y cuerdas.

En esta publicación de Jota Martínez disfrutaremos viendo y escuchando cómo se actúa sobre las cuerdas, el puntear, frotar con un arco, percutir y accionar con mecanismo de teclas, soplar y hasta cantar sobre los instrumentos. Y animo al lector a que así sea.  

Eduardo Paniagua

Arquitecto y especialista en la Música española de la Edad Media